miércoles, 7 de septiembre de 2016

Dominio germano sobre ruedas

La Fórmula 1, como tal, nació en 1947 cuando se normalizaron las reglas por parte de la Federación Internacional del Automóvil. En aquellos años eran pocos los que la seguían, y los que se atrevían a pilotar esos bólidos que alcanzaban velocidades ridículas respecto a los F1 de la actualidad.

Con el paso del tiempo esto ha cambiado, los coches suenan más, se han mejorado las medidas de seguridad, tanto en el coche como en los circuitos y se organizado más, pero también se ha visto terriblemente criticada a menudo por escándalos, por la obligación de un gran presupuesto para competir, lo que pone en entredicho a la FIA y a sus máximos directivos, como Bernie Ecclestone en la actualidad.

Pero en cuanto a lo deportivo, y para al que haya seguido este deporte desde incluso antes de dar sus primeros pasos, independientemente de la edad, sabe lo que es la F1; adrenalina, adelantamientos, el rugir de los motores, ausente hoy en día, gasolina y riesgo.

Y un dato curioso es lo acontecido en estos últimos 15 años, es el dominio por parte de los alemanés, ya que en estos años han saboreado el champán de los campeones del mundo en 13 campeoantos, ya sea por el piloto o por la marca suministradora de motores. Solo los dos campeonato logrados por Fernando Alonso (2005 y 2006) y el conquistado por Kimi Raikkonen (2007)  rompen ese pequeño monopolio.

Comenzó el siglo XXI y los primeros cinco campeonatos (2000-2004) se los llevó el piloto más laureado, Michael Schumacher, llegando así a los 7 campeonato. Llegó un asturiano y destronó al rey, incluso hasta el punto de que se retirase. Tras los dos campeonatos de Alonso, llegó el de Kimi Raikkonen en 2007, más conocido por la tensión en Mclaren y por ser el último hasta la fecha de Ferrari, lo que muestra su mala situación deportiva actual.

En 2008, y tras quedarse con las ganas de no haberlo logrado un año antes, Lewis Hamilton conquistaba su primer campeonato de F1, y el único con Mclaren Mercedes, sí, piloto y escudería británica, pero motor alemán. En el año 2009 pocos se esperaba que la debutante Brawn GP, escudería de Ross Brawn fuera a ser campeonato del mundo y que Jenson Button fuera el piloto encargado de alzarse con el trofeo de campeón al final de año. Esta temporada ocurrió lo mismo; piloto y escudería británica, pero motor alemán, motor Mercedes.

Apenas un año despúes aquella marca desapareció y llegó Mercedes a formar escudería por sí misma, 55 años después de su última carrera y qué mejor que Michael Schumacher y otro piloto alemán, Nico Rosberg para formar la dupla de pilotos de aquella temporada. Sin embargo, el mundial no se lo llevarían ellos, sino un piloto alemán, al igual que los tres años siguientes, que venía despuntando desde años atrás, Sebastian Vettel, tetracampeón del mundo (2010-2013).

La racha ha continuado en estos dos últimos años con Lewis Hamilton conquistando ambos mundiales (2014 y 2015) en Mercedes, escudería a la que llegó en 2013. Y tal y como está aconteciendo en el mundial 2016, con las dos “fechas plateadas” peleándose el mundial parece que está racha seguirá.

Fuente:formula1.autobild.es

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