domingo, 22 de enero de 2017

La pelota siempre al 10

Esta conocida frase, La pelota siempre al “10”, nunca se dijo por un jugador en especial, se asignaba dicho dorsal al hombre con mayor talento en el equipo, y al que generalmente, jugaba detrás del delantero, que llevaba el “9”.

Esta clase de jugadores, talentosos y una capacidad innata para el último pase está cada vez más en declive en el fútbol, desde tiempos de Juan Román Riquelme o Zinedine Zidane.

Pero sí en la historia del fútbol alguien llevo al extremo este papel de jugador habilidoso, con una pierna, zurda en este caso, increíble ese fue un argentino, llamado Diego Armando Maradona.

Fuente: Planet World Cup


El Pelusa”, o como años más tarde sería conocido, “ El Barrilete Cósmico”, gracias a un periodista uruguayo, Víctor Hugo, que le apodó así tras el mítico gol que Maradona anotó ante Inglaterra, en el que dejó atrás a gran parte del combinado británico, desde sus inicios en Argentina, tanto en Argentinos Juniors como en Boca Juniors demostró su calidad.

Tras su paso por su país de origen, si acaso dicho país está dentro de la Tierra, emigró a España y concretamente a Barcelona, donde jugó dos temporadas (1982-83 y 1983-1984) antes de volar a Nápoles, donde aún le recuerdan con anhelo, sabiendo que un día tuvieron en sus filas al mejor jugador de la historia.  

Fuente: Biografíasyvidas.com


Su paso, durante 7 años, por Italia le trajo varios títulos; dos ligas, una copa y una supercopa, que se sumaban a los títulos conseguidos en la ciudad condal y en Argentina.

Su etapa en Nápoles coincidió con el Mundial de México 86, donde Argentina jugó contra Corea del Sur, Italia y Bulgaria, en fase de grupos con dos victorias y un empate. Posteriormente eliminó a Uruguay, Inglaterra, con dos goles suyos; uno con “La mano de Dios” y el otro, el mencionado anteriormente, en el que se regateó a más de la mitad de la selección inglesa. En semifinales jugaron, y ganaron, a Bélgica, para plantarse en la final, en la cual ganarían a la Alemania Federal, de Rummeniegge,  por 3-2.

Fuente: SBEN



Acabada su etapa por Italia, regresó a España, esta vez a Sevilla, donde, aún dejando muestras de su calidad, se vio que ya no era el mismo Maradona de años atrás, las drogas y el peso iban a empezar a cargar contra la carrera del astro argentino, y es que su vida privada comenzaría a dar más de que hablar que su fútbol.

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